martes, 21 de febrero de 2012

La Ladrona de Libros.

Siempre me he jactado de ser una buena lectora. Casi todos los meses caen un par de libros a mis manos y no paro de leer hasta que los devoro. Y normalmente, la crítica suele ser favorable. De no serlo, los dejo en la estantería, relegados al olvido.
Hace unas semanas terminé Si tú me dices ven lo dejo todo, pero dime ven, de Albert Espinosa. Fue mi regalo de cumpleaños para mi madre. Devoré el libro en cuestión de días. Y me encantó, pero eso es otra historia que ya contaré. Así que, a ella precisamente fui a preguntarle: Mamá, ¿qué me leo ahora? Y ella, mirando medio segundo a la estantería, cogió sin dudarlo La Ladrona de Libros, de Markus Zusak. 



Nunca había oído hablar ni del autor ni de su obra. Me encandiló desde la primera hasta la última coma. Si tuviera que resumirlo en una palabra, no se me ocurre una mejor: REVELADOR. Inmensamente revelador. Intentando no destapar la trama, diré que es la narración de ciertos sucesos en la vida de una niña. Hasta ahí todo normal. Si lo enmarcamos en la Alemania nazi de los años 30 y 40 ya tenemos otra pista importante. Y si encima os digo que la narradora de la historia no es otra que la Muerte, termino de rematar. A mí consiguió engancharme sólo con eso. Y lo de revelador es porque, en quinientas y pico páginas se nos pone de manifiesto cómo las palabras pueden servir para mucho más que para expresarnos o leerlas. Pueden salvar vidas.
Así que, desde este rincón, quiero dar las gracias a mi madre, por dejarme a mí ser partícipe de tan inspiradora lectura. Gracias, jefa!!

1 comentario:

  1. Sí, a mí también me lo prestó tu jefa y me encantó.
    Muy muy entretenido.

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